Basar
modelos educativos en herramientas, por supuestas potencialidades o
bonitas que las mismas puedan parecer, es un error. Un error el usar la
herramienta como centro de aprendizaje. Algo, si cabe, aún peor que
negarse al uso de las nuevas tecnologías. Algo, curiosamente, avalado
por un nutrido grupo de fascistas tecnológicos. Aquellos que, cualquier
cosa o aparato que lleve asociada una supuesta modernidad, les parece la
solución a todos los males de la Escuela. Aquellos obcecados en hacer
de la herramienta el leit motiv de su cruzada.
Las escuelas Steve Jobs abren este curso
en Holanda. Son unos centros educativos cuyo aprendizaje se halla
sometido exclusivamente a los dictados de los productos de Apple.
Concretamente, a los de los iPads que, comprados por el gobierno
holandés y suministrados gratuitamente a los alumnos, van a permitir
disfrutar de ese aprendizaje que va a llevar a los alumnos de la mano a
la excelencia educativa. Algo que, tal como dice el empresario que se
halla detrás del proyecto, Maurice de Hond, va a permitir “preparar a
los niños para el mundo de después de 2025 con las herramientas que
tenemos hoy, no como en la mayoría de las escuelas, que preparan a los
niños con las herramientas de ayer para el mundo de ayer“.
Alucinante. Se pretende preparar (y así se dice textualmente) al
alumnado con las herramientas de hoy, obsoletas el 2025 al igual que las
anteriores, para un contexto desconocido. Ciencia ficción educativa
elevada a despropósitos inimaginables.
Otra cosa que plantea dicho supuesto modelo educativo es lo innecesario de ir a clase ya que, supuestamente, dispone de una aplicación educativa integrada en el aparato que simula un patio virtual donde, mediante un avatar, el alumno se va a ver metido en un entorno irreal de sociabilización. Por lo que se ve, eliminar el valor social de los centros educativos es otro de los objetivos, nada escondido, de este tipo de escuelas.
Además, no olvidemos que se trata de un
sistema pensado para minimizar los costes educativos ya que, también
como muy bien se señala desde los impulsores del mismo, hará innecesaria la asistencia al centro educativo para aprender.
No hemos de obviar que el empresario que se halla detrás de prácticas
económicas cuestionables que acabaron explotando como la burbuja que
creo su empresa de inversión (ver Newconomy),
se plantea ser el adalid de la refundación educativa. Algo similar a lo
que está sucediendo con la economía mundial, que los mismos que la
arruinaron ahora están al mando de las organizaciones que,
supuestamente, van a reflotarla. Surrealista es poco.
Otro modelo económico diseñado
específicamente para ahorrar costes a la administración educativa,
avalado por esos neonazis cuya bandera son las TIC a cualquier precio,
cuyos motivos educativos dejan mucho que desear. Que alguien nos libre
de los extremismos tecnológicos en el ámbito educativo. Polos opuestos,
pero igual de nefastos para la mejora educativa.
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